Un nuevo estudio de la Fundación Cotec en colaboración con ISEAK revela que las empresas que usan tecnologías de inteligencia artificial (IA) logran niveles de productividad significativamente más altos que las que no las incorporan. Sin embargo, también advierte que esta adopción no es homogénea y podría agravar las desigualdades entre pequeñas y grandes compañías.
Este estudio aporta una radiografía clara del escenario: la IA no es una promesa futura, sino una realidad que ya está transformando la productividad en las empresas que la adoptan. Pero también plantea una llamada de atención: sin un acompañamiento adecuado, la revolución de la IA puede dejar fuera a aquellas organizaciones que no cuenten con recursos, escala o competencias digitales. Para las empresas, la recomendación es clara: revisen su estrategia tecnológica, evalúen qué tipo de IA puede tener mayor impacto en su operación y consideren activamente cómo integrarla. Para las autoridades y gremios, el reto es generar ecosistemas de apoyo que permitan que ese salto competitivo no quede reservado solo a unos pocos.